miércoles, 16 de enero de 2013

ERSSADJA (MALI): LA 'ALDEA DEL BUEN SABOR' DISFRUTA DEL AGUA EN ABUNDANCIA


« La tercera aldea que hemos visitado, ha sido Erssadja. Hemos ido directamente hasta el único pozo que posee donde nos hemos encontrado con un grupo de niños que estaban sacando, a cuentagotas, el poco agua que quedaba en el pozo. El pozo es “moderno” (anillado con hormigón armado), con una profundidad de unos 10 metros. Había un poco de agua en un riconcito del pozo, lo que aprovechaban los chavales para tirar allí sus recipientes de recogida. Cada vez extraían, aproximadamente, unos dos litros. La mitad del fondo estaba seco. Las mujeres comienzan a sacar el agua a las dos de la mañana. La aldea, según pude comprobar, tiene un problema gravísimo para acceder al agua. De hecho, según me comentaron, no les queda otro remedio que beber agua sucia con lo que las enfermedades intestinales se multiplican, más específicamente, la llamada “gusano de Guinea”. Observé que al lado del pozo hay una perforación artesiana, pero desconozco si tiene agua y en qué cantidad. El pozo se encuentra a unos 300 metros del pueblecito. No hace mucho, debido a la escasez de agua, los habitantes de Erssadja se pelearon a golpes con los de un pueblo vecino, lo que produjo numerosos heridos en ambos bandos”, escribía a la Fundación Polaris World, nuestro interlocutor en el país dogón (Mali), Abel, a principios de abril de 2012.

El compromiso adquirido por la Fundación para la excavación de un pozo en mejores condiciones, a saber, más profundo a fin de alcanzar una capa freática más profunda, pese a estar situado en un terreno muy rocoso, ha llegado a buen puerto hace una semanas. Durante la visita de nuestro amigo y colaborador Abel, el pasado 2 de enero, las obras, como puede observarse en las imágenes, estaban concluidas y se había incorporado un perímetro de protección a media altura, para evitar que los animales y la suciedad, además de la arena que vuela abundantemente en los días de tormenta, terminen por caer en el pozo. Continúa Abel: “las obras han finalizado y hay 7 metros de agua, el manantial es abundantísimo, los vecinos dicen que el pozo es “inagotable”. Todos están muy contentos y satisfechos del pozo, situado a 2 kilómetros de Erssadja, puesto que les aliviará enormemente de la carencia de agua. Estuve hablando con el jefe de la aldea para explicarle unas normas esenciales de mantenimiento y limpieza del pozo, instándole a que usen solamente éste, incluso aunque el antiguo tenga, en determinadas épocas, algo de agua”

El costo de la obra (ver segunda parte del álbum adjunto), encargada a Daniel Kene, un pocero local y veterano conocido de la Fundación Polaris World, para quien ha excavado ya media docena de pozos con un porcentaje de éxito del cien por cien, se ha elevado a 17.430 euros. A esta cantidad, como es habitual, hay que añadir unos 1.500 euros aportados por los propios lugareños, además de su colaboración en las diversas tareas de construcción, más alojamiento y manutención, como dicta la tradición, de los poceros. Erssadja, cuya traducción literal al castellano significa “la tierra del buen sabor”, podrá degustar, a partir de ahora, de agua en abundancia y en las condiciones sanitarias adecuadas.

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